El argumento como instrumento del ser humano

María Alejandra Cardona Aizpurúa

La sociedad está integrada por posturas distintas, cada una creada con convicciones e ideas distintas, unas menos prácticas y positivas en términos de desarrollo social que otras, pero para que estas puedan entrar en discusión se debe contar con ideas que apoyen y sustenten lo que se cree, estos son los argumentos.
Un argumento está creado por un cúmulo de conocimientos que le dan poder a lo que creemos y queremos defender socialmente, si no conocemos y sabemos de qué estamos hablando no habrá manera de darle peso a aquellas posturas que deseamos que nuestros semejantes entiendan y aprueben o al menos respeten.
Sin conocimientos previos, contexto, antecedentes, sobre todo, sin convicción no podremos generar argumentos y mucho menos una postura ante cualquier tema que se presente ante nosotros.
Por ejemplo, es muy común ver casos de falta de argumentos en los periodos de elecciones presidenciales, muchos votantes a la hora de preguntarles por qué van a votar por ciertos candidatos se quedan sin palabras, sin motivos de fuerza para apoyar a un dirigente, también algunos comienzan a dar argumentos sin fondo pero basados en la moral o la exaltación que les presenta el candidato, respuestas como: ”es que él las tiene bien puestas”, “ ella es buena candidata porque sabe y conoce”, pero  si preguntamos sobre propuestas presidenciales o sobre lo que conocen sobre el historial de los candidatos la respuesta generalmente suele ser un silencio absoluto.
Por ello es importante hacer una diferencia entre moral e intelecto a la hora de dar argumentos, hay que aprender a diferenciar aquellas posturas que se apoyan por desconocimiento, euforia y tradición de aquellas que están basadas en hechos y propuestas.
No se trata de que la moral se desvincule de los argumentos, pero no debe primar a la hora de tomar una postura, por ejemplo, aquellas personas que están en contra de la eutanasia dan argumentos morales pero basados en hechos, sucesos, casos, contexto histórico, entre otros planteamientos para defender sus ideologías, lo mismo ocurre con el aborto u otros temas afines, es comprensible que la moral entre a formar parte de los argumentos, pero nunca debe ser la que prime a la hora de entender las dinámicas de manera práctica  y al tolerar y respetar ideas distintas.
La moral es un factor que posee cada ser humano de manera individual, aunque puede ser influenciado por la opinión pública con facilidad, por ello es de vital importancia creer en nuestras convicciones, pero siempre respetando las ajenas, esto nos permitirá generar discusiones basadas en argumentos, conseguirá que escuchemos las propuestas de nuestros allegados, e inclusive llevará a aceptar argumentos que no considerábamos antes.
Por otro lado, el Gobierno debe aprender a escuchar los  argumentos que le plantee el pueblo para quejarse sobre leyes o situaciones de interés y deberá abogar por los intereses de que mejor le beneficien al pueblo, no a ellos de manera individual, al estar en una institución de cualquier tipo el ser humano debe adquirir posturas de manera colectiva construidas por todos los miembros y pensando en el bienestar de todos y en los argumentos más pesados, el Gobierno al representar los intereses del pueblo debe abogar por el beneficio de todos.
Es evidente que tener posturas y motivos para defenderlas en sociedad es imprescindible para el mejoramiento personal y social, se debe creer en lo que se piensa y saber por qué motivos se piensa de tal forma, si todos los argumentos que se tuviesen en la sociedad fueran de peso fácilmente se podría hacer un consenso que apoye a todos por igual en la medida de lo posible.
En conclusión, para defender lo que creemos y lo que nos construye como seres humanos y personas debemos creer en lo que sabemos y pensamos, pero para conseguirlo debemos tener un bagaje y conocimiento previo, de lo contrario diríamos argumentos sin fundamento y nuestras creencias y lo que somos serían el reflejo de las pocas bases que sustentan lo que pensamos.

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