Pedagogía para mejorar la situación ambiental en Medellín

La mala calidad de aire en Medellín motivó a las autoridades a endurecer las medidas contra los propietarios de vehículos e industrias. Foto: archivo/Semana.
Tomada de Semana.
María Alejandra Cardona Aizpurúa

El pasado lunes 18 de enero arrancó el pico y placa ambiental en la ciudad de Medellín como respuesta al estado de alerta por la contaminación en que se encuentra la ciudad al presentar varias de las estaciones de medición del aire del Área Metropolitana del Valle de Aburrá en estado crítico.
El pico y placa ambiental se ha visto como la única salida ante tal suceso, teniendo en cuenta que, según el AMVA, el 80% de la contaminación del aire en Medellín es producido por las fuentes móviles.
El pasado lunes 4 de marzo el transporte público alcanzó un aforo bastante alto con un aumento del 14 % en la afluencia del Metro, las filas se salían de la estación y los tiempos de trayecto al trabajo de las personas se vieron bastante perjudicados. Se comprobó que la ciudad no está condicionada para llevar acabo un pico y placa ambiental de tal medida.
Este tema es sumamente delicado, la ciudad está cada vez más cercana a vivir un estado en el que todos los puntos del AMVA estén en color rojo, que significaría un estado perjudicial y peligroso para todos, pero el pico y placa ambiental significa ponerle pañitos de agua tibia a este asunto.
Es entendible que la Alcaldía y el AMVA planteen propuestas como estas, pero estas ideas están convirtiendo la ciudad en un caos mayor del que ya era, además donde se crea la norma los colombianos crean la trampa.
Los usuarios con carros particulares se escudan usando carro, taxi o los diferentes servicios digitales ahora existentes como Uber e InDrive, las alternativas para vulnerar la norma están puestas sobre la mesa, y aquellas personas que sí se ciñen a la regla se enfrentan a un transporte público que parece que se negara a conducir a una carga tan pesada y amplia para la que no fue diseñado.
Los árboles le hacen falta a la ciudad, los cambios en las medidas para conceder permisos de construcción de viviendas urgen, la llegada de industrias a motor de gas y eléctrico se necesitan ya, la prohibición del uso de vehículos que usen diésel en ciertos sectores es urgente y los cambios en los horarios de trabajo de ciertas empresas administrativas es primordial para ayudar a mitigar la confluencia de personas en transportes públicos a la misma hora, entre otras alternativas como el teletrabajo que tienen que convertirse poco a poco en una realidad.
Pero por encima de todo necesitamos educación en este tema, necesitamos que la Alcaldía nos ayude a entender la importancia de lo que está aconteciendo, no que se nos pongan más cámaras en las calles, necesitamos que se explique en universidades, colegios, empresas y redes sociales las raíces y consecuencias de esta problemática para que todos busquemos soluciones y no nos saltemos la norma.
No necesitamos más vigilancia, necesitamos pedagogía, hacer virales los hechos y recomendaciones y usar la envergadura que tienen las redes de Federico y su Alcaldía para este fin.

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